Cultura

Anglicismos

El driver del taxi tenía un aspecto sospechoso como de no haber dormido mucho, y según la licence que colgaba de la luna delantera también tenía aspecto de no ser el propietario de la misma. A Camila le costó two red lights identificar el aroma debajo de ese olor a sudor rancio que espesaba el ambiente del habitáculo proveniente de la tapicería; semáforo en verde y sí, ese olor dulzón que su nariz había captado era weed de la buena.

Thank god que la parada de autobuses no quedaba demasiado lejos de donde el taxi la había recogido, porque su no licence high driver salía de los semáforos casi quemando rueda. Como si le hubiera leído el pensamiento el conductor buscó los ojos de Camila en el retrovisor:

-Yo accident never, never accident.

Con gesto conciliador y una smile forzada en los labios Camila soltó el agarrador de la puerta como quien suelta un weapon delante de un policía que le está apuntando; pese a todo, su no licence driver no dejó de mirarla intermitentemente por el retrovisor, para comprobar si verdaderamente confiaba en él o seguía dudando de sus skills de conducción.

Camila andaba tan pendiente de las miradas inquisidoras del driver que se sorprendió cuando este frenó en seco y dijo: bus there. El airado hombrecillo se bajó del cab, posó la trolley en el suelo con marcado enfado, cogió el dinero y se fue sin despedirse. Camila miró al taxi alejarse como alma que lleva el diablo mientras su cerebro intentaba to process lo ocurrido.

El taxi aceleró en una orange light y su never accident taxi driver se metió en una glorieta en obras donde – tapada por una lona- se elevaba lo que parecía una estatua de un jinete montando a un horse apoyado sobre sus patas traseras – Camila pensó karma was a bitch.

Alicia Alcocer Carrero

Alicia Alcocer Carrero

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