Opinión

A por la toga cándida

Cicerón fue un ejemplo de candidato, cuando se concibió el origen de esta figura desde la significación del la prenda “toga cándida”. Y fue un ejemplo porque propugnaba, ya entonces, en el siglo I a. de C., las bases sólidas sobre las que debía descansar la condición de quien quisiera recibir la confianza de sus conciudadanos para unas determinadas propuestas de gobierno; unas bases que, aun hoy, siguen en gran parte pendientes de ser consolidadas en su aplicación real y que no pasan de ser útiles mentiras de campañas.

Con este artículo, abrimos un ciclo de otros artículos que tratarán sobre cada candidato o candidata y las correspondientes candidaturas de cara a las próximas elecciones municipales en Pinto.

A groso modo, las candidaturas hoy anunciadas en Pinto no presentan grandes novedades en la estética: gran parte de las personas que las componen, han participado o participan, organizada o individualmente, en el tejido ciudadano activo de la ciudad. En la ética hay, sin duda, objeciones, pues hay candidaturas que contienen algunas personas de conciencia algo maleable, y una cosa es el carnet y otra los valores, la coherencia y la conciencia. Es por ello que la figura del candidato o candidata será nuevamente definitiva.

Lo que sí parece claro es que el escenario de correlación de fuerzas que se plantea, será más democrático por el hecho de ser, quizás, más producto de una reflexión seria que en otras ocasiones. “Necesidad obliga”, es un dicho popular que puede aplicarse a la previsible participación de la ciudadanía, mediante el voto, en las próximas elecciones. Y, además, esa necesidad se traducirá, también muy probablemente, en la conformación de un arco de relación de fuerzas muy diferente y disperso, con difíciles encajes para la conformación de gobierno estable. A tenor de los planteamientos ideológicos, hay que pensar que izquierda, derecha y transversalidad (evolución paradigmática del centrismo) conformarán una madeja difícil de desentrañar; pero que deberá ser aclarada en aras a poder gobernar no para los propios partidos sino para la ciudadanía.

Por ello, las candidaturas hasta hoy conocidas en Pinto, nos sacan poco de la duda sobre si la estabilidad podrá garantizarse de forma duradera o hemos de prepararnos para gobierno en minoría y el correspondiente baile de acuerdos. Nada de esto es rechazable, pues lo importante es cumplir objetivos para la ciudadanía; pero ni es de recibo –aunque sea legal- que unas propuestas de izquierda puedan apoyar políticas reales –no puntuales- de derechas, o viceversa, ni lo es que la falsa transversalidad domine la probable ambición de partidos sin mayoría suficiente.

Las candidatura más transparente, hasta ahora, es sin duda la de “Ganemos Pinto”, salida de elecciones abiertas; pero ni esto garantiza que sea la más eficiente y eficaz, dado que no se vota tanto un perfil general de cada persona como una preferencia personal de la que forman parte razones emocionales más que profesionales. En todo caso, este sistema es siempre mejor que el sistema hermético de las listas cerradas por mucho que una ejecutiva o comité de listas las apruebe.

José Luis Esparcia

José Luis Esparcia

Escritor

Previous post

Excursión al Museo del Traje de Madrid

Next post

La Federación de Judo felicita al Ayuntamiento de Pinto por la Organización del Campeonato de España en categoría Junior