Opinión

Se mira, ¡pero no se toca!

Como cada año, el 6 de julio Pamplona se engalana y se llena de pañuelos rojos y de pantalones blancos para celebrar sus famosos Sanfermines. Con el tradicional chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento, y con la plaza llena hasta la bandera, se da el pistoletazo de salida a una semana de celebraciones que culminan con la entonación del famoso “Pobre de mí”.

Y como cada año, vuelve la polémica, y no me refiero a la de “toros si, toros no”, sino a la generada por las lamentables imágenes de hombres manoseando los pechos de chicas que, subidas a hombros, levantan sus camisetas en señal de alegría, desinhibición o lo que quieran manifestar.

Señores, si una mujer enseña sus tetas no quiere decir ¡barra libre, tócalas!, no. Sin embargo, parece ser que esta es la creencia de muchos y de algunas que, amparad@s en la premisa “¡es que van provocando!”, justifican que cualquiera se crea con el derecho de satisfacer sus impulsos sexuales a costa de vulnerar la libertad de los demás, en este caso, de las demás. Bajo la creencia “si enseñas, te arriesgas”, puede suceder que en una playa en la que te pongas a hacer topless alguien se acerque y toque tus senos, o bien que eso mismo le ocurra a una mujer que amamanta a su bebe, en la calle. Y es que la visión de unos pechos, en nuestra sociedad occidental, desata tanto deseo como aversión, y si no, preguntad a Facebook, que permite mostrar imágenes de niñ@s mutilados, enferm@s o moribund@s; y si no dices “AMEN” te caen cien años de mala suerte (ya se el porqué de mi mal fario), y sin embargo, censura la imagen de un mujer amamantando sólo porque podría ofender la sensibilidad de alguien, ¿de quién? ni tanto, ni tan calvo.

Pero la conducta de mostrar el pecho también es propia del hombre, que en su afán de manifestar su hombría se levanta la camiseta cuando, por ejemplo, celebra un gol. No me imagino a Cristiano Ronaldo corriendo por el campo de fútbol huyendo de ciento de mujeres embravecidas deseosas de palparle la tableta, “ah, se siente, si enseñas te arriesgas”.

Bromas a parte, e independientemente de si mostrar nuestros atributos puede ser irrespetuoso o no para los demás, últimamente estamos asistiendo a justificaciones lamentables de la vulneración de nuestros derechos, incluso de personas que precisamente deben velar por ellos. No sé si recordáis a aquella magistrada que, juzgando un caso de violación, le preguntó a la víctima (mujer) si recordaba haber cerrado bien las piernas, ¡alucinante!, claro, como no me resisto, consiento…apañadas estamos.

En estos Sanfermines se han registrado cuatro denuncias por agresión sexual, una quinta por intento y siete por abusos. Un total de 15 personas han sido detenidas y seis de los arrestados están ya en prisión. Pero este aparente aumento de las agresiones sexistas, con respecto a años anteriores, se debe sin duda a que las mujeres hartas ya de estas inaceptables conductas denuncian, y así los agresores no se van de rositas.

Gracias a la concienciación social y al apoyo de la instituciones las mujeres nos vemos respaldadas y, lejos de resignarnos, gritamos “Basta Ya”. Y para muestra un botón, miles de pamploneses(as) salieron a la calle el pasado lunes, 11 de julio, llenando la plaza del Castillo para expresar su rechazo a las agresiones sexuales ocurridas durante las fiestas, una concentración a la que también asistieron numerosos representantes institucionales, como la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, y miembros de la corporación municipal de Pamplona.

Señores y señoras, cuando una mujer dice no, es que no, aquí y en Marte, a menos que las marcianas digan lo contrario ¡claro!

 

cristina rubio

cristina rubio

Buscadora de lugares, de momentos, de historias... Siempre dispuesta a contar qué me emocionó de ese lugar, qué me atrajo, o simplemente qué sentí de especial. http://sientepinto.blogspot.com.es/

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1 Comment

  1. Juanma
    19 julio, 2016 at 18:35

    Una excelente manera de describirlo. Enhorabuena Cristina