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Pinto y el Colegio de niñas huérfanas de San José

La principal responsable de la ubicación del Colegio en la villa de Pinto fue Rita Bonnat Dezermeaux, conocida como la madre Emmanuel, religiosa de la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos.

Esta Congregación, fundada por el padre Pedro Bienvenido Noailles en 1820, decidió extender su acción apostólica más allá de los Pirineos para establecer una obra educativa. El padre Noailles nombró para esta empresa a su mano derecha, la madre Emmanuel.

Nacida en Madrid, aunque de padres franceses, la madre Emmanuel conservaba en España una parte de su familia, pero desconocía el idioma. Su compañera de viaje sería la hermana Estanislas Fournier.

Inicios de la Sagrada Familia en España

Retrato de la madre Bonnat, junto a dos huérfanas, pintado por Léon Bonnat, sobrino de la religiosa, en 1852

Retrato de la madre Bonnat, junto a dos huérfanas, pintado por Léon Bonnat, sobrino de la religiosa, en 1852

El 13 de noviembre de 1843 emprendieron el largo y penoso trayecto a Madrid. Además de la barrera del idioma, las hermanas no lo tuvieron fácil, ya que por entonces no se concebía que unas religiosas, vestidas de seglar, se dedicaran a la vida activa, cuando el concepto tradicional que imperaba en España era el de la mujer encerrada en el convento, con hábito y dedicada a sus oraciones.

El 2 de febrero de 1844 se establecieron en un piso de la calle Real del Barquillo acompañadas de otras cuatro religiosas para la apertura de un Pensionado-Externado. El colegio comenzó con dos niñas. En poco tiempo tuvieron 12 internas y cierto número de externas, aunque pronto tuvieron que abandonar la casa por intransigencia de los vecinos.

Oyeron hablar del antiguo convento de los Capuchinos, situado en la calle de San Agustín, y trataron con la duquesa de Medinaceli, propietaria del convento, que se adhirió al proyecto. Después de solventar dificultades con el clero español, el convento se convertirá en el Colegio de señoritas de Nuestra Señora de Loreto de Madrid, de gran consideración y prestigio. La educación moral era el principal cuidado de su directora. La educación simultánea en español y francés, historia, aritmética, geografía, dibujo lineal, nociones de inglés, italiano, música, baile, equitación y gimnasia, además de escritura, costura, bordados y flores de toda clase eran algunas de las materias tratadas.

Gracias a este colegio la madre Bonnat estableció importantes contactos con la nobleza y la alta sociedad madrileña, siendo solicitada para dar clases de Literatura e Historia de Francia a las infantas Dª Amalia y Dª Luisa Fernanda, tías de Isabel II.

En 1848 las dificultades con el clero español habían desaparecido gracias a la visita del padre Noailles. La Madre Bonnat pensó que era el momento de volver a ponerse el hábito. Era un cambio delicado, porque en España habían sido recibidas como Institución Secular, pero la gente se fue acostumbrando a este cambio exterior sin comprender el motivo.

Debido al buen nombre que iba cobrando la Institución en España se crearon muchas fundaciones para diferentes actividades. Así, en 1855 se fundó en Madrid el Colegio de niñas huérfanas de San José. Pero a los pocos meses, la madre Bonnat vio la necesidad de buscar un nuevo local más espacioso donde las huérfanas pudieran respirar aire puro y pidió ayuda a la Casa Real.

Juan Manuel de Manzanedo, marqués de Manzanedo

Juan Manuel de Manzanedo, marqués de Manzanedo

El Colegio se traslada a Pinto

Después de unas obras de acondicionamiento, el 30 de agosto de 1856 se trasladó el Colegio de niñas huérfanas a la villa de Pinto por haberle regalado allí D. Juan Manuel de Manzanedo y González, marqués de Manzanedo y una de las fortunas más importantes de Madrid, una casa apropiada para el establecimiento. Sería la misma casa que cinco meses antes ocupaba la Compañía de Guardia Jóvenes, antes de su traslado definitivo a Valdemoro. Es decir, el actual Centro Municipal de Cultura, situado en la plaza de la Sagrada Familia, que tristemente sufre el abandono de las administraciones.

La razón del nombre “Ursulinas”

Estas monjas eran popularmente conocidas con el nombre de Ursulinas, porque antes de su llegada existía un colegio de enseñanza en Madrid regentado por Religiosas Ursulinas, que abandonaron por causas ignoradas. Desde entonces, el término “Ursulinas” se ha utilizado como sinónimo de “Religiosas de enseñanza”. Este apodo prevaleció en el Colegio de Loreto de Madrid y en otras fundaciones de las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos como en el Colegio de Pinto,  aunque éstas no tuvieran nada que ver con las Religiosas Ursulinas que se habían ido, ni se hicieron cargo del colegio que ellas habían abandonado.

El Colegio de huérfanas de San José

El Colegio estaba a cargo de las Hermanas de la Sagrada Familia que se dedicaban a la enseñanza y tenía por objeto educar a niñas, la mayor parte pobres, sólida y cristianamente. Se las daba la instrucción religiosa y primaria, enseñando también con perfección las labores y quehaceres domésticos.

Las colegialas eran internas y las más pobres solo tenían que abonar a su entrada 600 reales para el equipo; las demás, que entraban cuando no había vacante de aquellas, tenían que pagar sus familias o protectores, además de dicha cuota, tres reales diarios por trimestres adelantados. También había niñas que se admitían como externas, las niñas de Pinto, a las que se las daba la misma instrucción gratuitamente. En 1875 existían 76 internas y 25 externas.

Para el ingreso como interna, la niña debía tener entre 5 y 12 años, y sus padres o encargados debían presentar su partida de bautismo, acompañada con la de defunción de su padre, madre o ambos, si fuera huérfana, y además tenían que firmar un compromiso de que la niña tenía que permanecer en la casa hasta los 20 años. Para las externas bastaba presentar a la niña y probar que estaba entre las edades indicadas. El establecimiento recibía limosnas de las personas caritativas.

Las Fundaciones de la Sagrada Familia de Burdeos se fueron multiplicando y en 1930 la Congregación contaba en España con 33 casas y un millar de religiosas.

El callejero pinteño

La calle Buena Madre, situada entre la calle del Pajar y la antigua calle de la Silla (hoy Nación Dominicana), recuerda a la madre Rita Bonnat Dezermeaux (Madre Emmanuel), responsable de la ubicación del Colegio de Huérfanas en Pinto. También existe desde 1998 un busto del Padre Noailles realizado por la escultora local Pilar Oraá situado en el patio del actual colegio. En noviembre de 2010, la corporación municipal acordó otorgar el nombre de Parque Pedro Bienvenido Noailles a la zona verde de la ermita de San Antón. Para ello se inauguró otro busto del Padre Noailles realizado por Pilar Oraá.

Mario Coronas

Mario Coronas

Licenciado en Periodismo y Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid. Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid. Técnico Superior en Realización de Audiovisuales.
Dirección general en La Voz de Pinto

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