Reportajes

Los quintos del 63: La generación “yé-yé”

Allá por el 10 de febrero de 1963 treintaidós pinteños de apenas 20 años entraban en un sorteo obligatorio que cambiaría sus vidas, el sorteo de quintos para el servicio militar obligatorio. La cámara de José Crespo se encargó de inmortalizar a una veintena de aquellos jóvenes bajo los soportales del actual Ayuntamiento un día 15 de diciembre del mismo año. El pasado sábado día 24 de octubre en el Parque del Egido frente a la Iglesia de Santo Domingo de Silos, los quintos pinteños de 1963 volvieron a juntarse una vez más.

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Quintos del 63 bajo los soportales del actual Ayuntamiento. De pie y de izquierda a derecha: (Gabriel Martínez Batres, Vicente Casado, Esteban García de la Casa, Faustino Carrero Rodríguez, Juan del Río Infante, Manuel Arias Fernández, Rafael Arellano Gamboa, Antonio Martín Zurita, Salomé Bravo Medina y Manuel Jiménez Lastra “el Alguacil”). Agachados, de izquierda a derecha: (Francisco Sánchez Chávez, Félix Navas Moreno, Anastasio García Magro, José Carreño Pérez, Epifanio Manzano Zamora, Víctor Granados, Antonio Martínez Suazo, Juan Garrido López y Andrés Gamboa López).

La designación de “quintos” tiene su origen en el siglo XV. Fue en tiempos del rey Juan II de Castilla cuando se aplicó la imposición del sostén del ejército real mediante una aportación económica o bien una contribución de sangre. Esta contribución consistía en que uno de cada cinco mozos mayor de edad se incorporase a la milicia; tal proporción era considerada adecuada para conseguir un buen número de soldados, así los jóvenes restantes se quedaban para trabajar la tierra o encargarse de los diferentes oficios.

Al elegirse una quinta parte, a los seleccionados para incorporarse a filas se les empezó a llamar quintos. De ahí que también se utilizase para denominar a los que eran de la misma edad o los que habían realizado el servicio militar en el mismo año –ser de la misma quinta-. La disposición de los quintos impuesta por Juan II la retomó Felipe V en 1705. Aunque el servicio militar obligatorio haya desaparecido en España, en muchos de los municipios del territorio nacional los quintos se han convertido en una tradición festiva que sirve de recuerdo. Los mozos de aquel entonces aun recuerdan como salían a las ocho de la mañana el domingo antes al sorteo y recorrían todo el pueblo, en cada casa les ofrecían lo que querían o podían para organizar la cena de los quintos que suponía el toque final a la fiesta.

El sorteo de los quintos madrileños se realizaba en la Caja de Reclutas sita en el Paseo de la Reina Cristina (antes de Ramón y Cajal) de Madrid, al igual se hacía en otras capitales de provincia. En cada una de dichas Cajas, mediante sorteo público a cada uno de los mozos del contingente anual, se les atribuía un número de orden, designando para el cupo de las Plazas del África del Norte, Protectorado de Marruecos y África Occidental Española (Ifni y Sahara) los números más bajos; después los Archipiélagos y la Península. Casi la mitad de los quintos del 63 acabaron destinados a los de Marruecos y África Occidental. Lista Oficial de Reclutas en Pinto en el año 1963.

“La fiesta de los quintos era muy tradicional en Pinto. Cuando se hacía el sorteo nos reuníamos un domingo por la mañana y salíamos a pedir por el pueblo con Manolo ‘el Alguacil’, que era el que llevaba el saco donde íbamos echando todo lo que nos daban: pan, chorizo, salchichones…” José Aguado.

La primera reunión del 2002

La idea de hacer algo especial surgió de la conversación entre dos de ellos, José Aguado y Félix Navas, que con motivo de la celebración del sesenta cumpleaños de todos los quintos decidieron ponerse en marcha para organizar a todos los “mozos”. Fue entonces cuando Faustino Carrero, Félix Navas, José Aguado y Gabriel Martín comenzaron la complicada tarea de lograr juntar a todos los quintos del 63, “no fue nada fácil dar con los compañeros, habían pasado 38 años, pero con gran ilusión conseguimos reunir a casi todos después de cuatro décadas” comentaba Félix Navas.

De la lista oficial compuesto por treintaidós mozos se logró contactar con un total de 26 de ellos. Por desgracia en el año 2002 tres de los alistados habían fallecido y de otro cinco se desconocían sus direcciones actuales. Uno de ellos, Francisco Gómez, viajó desde Suiza con su mujer para asistir a esta conmemoración de los cuarenta años de los quintos del 63, “cuando recibí la noticia me pareció maravilloso, (…), hacía casi cuarenta años que no veía a algunos de mis compañeros”. En la foto conmemorativa del 2002 que está en el libro “Pinto, del blanco y negro al color”, aparece también Manuel Jiménez, el hijo del conocido  Manuel Jiménez Lastra “el Alguacil”, al que se le propusieron ocupar el lugar de su padre en la foto y que el propio Manuel hijo aceptó encantado.

Quintos del 63 en el 2002. Fotografía: José Aguado.

Quintos del 63 en el 2002. Fotografía: José Aguado.

Tal y como hicieran en aquella ocasión cuarenta años atrás, quisieron invitar también al Alcalde, al Teniente de la Guardia Civil y a los Sacerdotes de la Iglesia. Querían rememorar aquella cena tal y como fue entonces, sin que la invitación de las autoridades políticas, eclesiásticas y militares supusiese dar un cariz partidista al acto de conmemoración.

Los quintos junto a Don Luis, el sacerdote de la Iglesia de San José en el año 2002 durante la fiesta de conmemoración. Fotografía: José Aguado.

Los quintos junto a las Autoridades pinteñas en el año 2002 durante la fiesta de conmemoración. Fotografía: José Aguado.

Cuando la instantánea fue tomada en los soportales del actual Ayuntamiento uno de los promotores de la reunión, José Aguado, no se encontraba en Pinto. El entonces mozo había elegido presentarse como voluntario en Aviación, “aquel domingo tenía mi primera guardia” recuerda. Por su lado Félix Navas, si estaba en el momento de la foto pero no aparece en el listado definitivo de reclutas; este hecho se debió a que estaba empadronado en su pueblo natal, Azután, en la provincia de Toledo.

Como casi cada año desde aquel 2002 los quintos “yé-yé” continúan reuniéndose para conmemorar su juventud, rememorar anécdotas o simplemente compartir un momento con sus compañeros de quinta. El tiempo no perdona, sigue pasando y por el camino han ido perdiendo familiares, amigos o, en este caso, camaradas. Vicente Casado, Salomé Bravo, Víctor Granados y Plácido Jiménez estarán siempre en el recuerdo de sus amigos, compañeros de quinta y familiares.

La reunión de 2015 frente a la Iglesia de Santo domingo de Silos. Fotografía: Javier Alcocer.

La reunión de 2015 frente a la Iglesia de Santo domingo de Silos. Fotografía: Javier Alcocer.

Es cierto que unos celebraban la “suerte” y otros la “desgracia”, más aun si el destino era lejos del hogar. Ahora los tiempos son otros y las distancias menores pero los quintos del 63 intentan como cada año desde aquel 2002, reunirse para celebrar lo que un día vivieron y pasaron juntos. Los mozos de aquel entonces vivieron una época dura y difícil, ahora en 2015 y habiendo pasado mas de cuarenta años, aquellos jóvenes son ahora abuelos, otra generación, la generación “yé-yé”.

Javier Alcocer

Javier Alcocer

Una voz más entre el mundo, la realidad y ahora también, las redes. Estudiante de Economía-Periodismo en la URJC.

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