¡Gracias Roldán!

MIA-Pinto ha querido hacer público su agradecimiento a Jose y Ana, dueños del desaparecido y emblemático restaurante pinteño Roldán.

Carta de Agradecimiento

El verano ha llegado ya a su fin y un nuevo curso político ha comenzado. Pero este no va a ser igual para los integrantes del MIA-Pinto ni para muchas asociaciones y organizaciones políticas y sociales de Pinto. Y no lo va a ser por la incertidumbre política, ni por la crisis que no termina de dejarnos, ni siquiera por los problemas y vicisitudes que nos esperan. Lo será porque desde hace unos días, nuestra casa ya no será tal. Y es que Ana y Jose, Jose y Ana, las almas mater de uno de los puntos neurálgicos de la vida asociativa y política pinteña, han decidido decir adiós a su criatura, a nuestro hogar, los Salones Roldán.

Atrás quedan todos estos años en los que, como si nuestros padres fueran, nos han visto nacer, dar los primeros pasos siendo anfitriones del acto de presentación de aquel sueño que llamamos MIA. Fueron testigos de excepción de nuestros pequeños fracasos, nuestras discusiones y nuestros debates. Se convirtieron en testigos mudos del crecimiento de una pequeña organización que paso a paso, fue haciéndose mayor en aquellos salones, mientras ellos, amables, pacientes, nos daban todo tipo de facilidades para hacer nuestros pasos más fáciles. Cual pacientes padres de adolescentes, nos aguantaban hasta que terminábamos nuestras reuniones o venían a abrirnos antes para que pudiésemos preparar este acto o aquel, poniendo todo de su parte para que saliera perfecto. Allí celebramos nuestra entrada en el Ayuntamiento, cuando nadie creía que aquellos rojos idealistas fuesen a llegar a nada. Y llegamos. En buena parte, gracias a ellos.

Fueron testigos de excepción, como no podía ser de otra manera, del proceso más novedoso e ilusionante que ha vivido nuestro pueblo en muchísimos años.  Vieron cómo se iba gestando el proyecto, nuestras primeras asambleas y, como no, el Roldan fue el lugar elegido para la presentación en sociedad de Ganemos Pinto. Allí celebramos muchas de nuestras reuniones y, aunque por espacio y practicidad, tuvimos que diversificar los lugares donde nos reuníamos, la casa de Ana y Jose, nuestra casa, siguió siendo sitio de referencia para todos nosotros. Hasta tal punto que fue allí, y no en ningún otro sitio, donde vivimos la noche más bonita y emocionante de nuestra experiencia política. Aquel lugar se convirtió en nuestro cuartel general aquella noche electoral y fue testigo de aquella hermosa celebración y del grito que lanzamos al unísono todos los presentes: “SI SE PUDO”.

Por todos estos años y todas las experiencias vividas junto a vosotros, por haber hecho de vuestra casa la nuestra, por habernos hechos sentir tan bien, solo podemos deciros en estos días en los que echa el cierre vuestra casa, nuestro hogar.

¡¡GRACIAS ANA Y JOSE!!