Opinión

Ganemos Pinto: ¿Ganará la ciudadanía?

La emulsión del interés por la política que han provocado los llamados partidos “emergentes”, tiene bastante de positivo, especialmente que la ciudadanía de un país como España, culturalmente atrasado –y es así desde que Antonio Machado lo sentenciara-, comienza a practicar levemente hábitos de debate político en lo cotidiano.

En Pinto, las expectativas están puestas en el horizonte que alcanzará la candidatura de “Ganemos Pinto”, una candidatura que tiene sus luces y sus sombras, como todas. En el lado claro y nítido está, quizás, tanto el proceso transparente y participativo de elección de las personas que la integran, como la claridad en la expresión de sus intenciones en caso de gobernar el municipio; aunque, como ocurre en otros partidos, tampoco el programa escrito es un dechado de compromiso concreto con los distintos segmentos ciudadanos.

En el lado neblinoso, creo que se sitúa el carácter misceláneo de dicha candidatura a la hora de evaluar la capacidad de gestión municipal y la consideración de la política como algo más abierto de lo que muchos piensan cuando hablan de cambiar prácticamente solos lo que afecta a muchos más de los que les han votado; aquí “Ganemos Pinto” juega con la ventaja de ofrecer un programa participativo más creíble que el resto de partidos.

La política real, como método intelectual de crear y facilitar la convivencia, es la mejor herramienta de educar a la ciudadanía, desde la base, para dicha convivencia, algo que, en algunos países, se ha conseguido con ciertos y concretos pactos de estado que, a lo largo de los años, han dado el fruto esperado. El primer síntoma de educación es hablar, el segundo es saber hablar y el tercero es tener algo que enseñar.

Las sociedades solo tienen una vía para practicar el respeto y para saber cómo exigir el respeto merecido: aprender, conocer, educarse. Por ello, me he ido a las páginas 24 y 26 del programa antes que al resto y, sinceramente, esperaba propuestas educativas más ambiciosas y concretas respecto a los fines percibidos en otros apartados, especialmente el primero: “Ética, transparencia y participación democrática”. Lo que da valor a las propuestas, incluso las que, racionalmente, tienen débil sustento lógico y real, es que se advierte al comienzo del texto que no se trata de un programa electoral ni de un contrato, sin obviar algo que, hiperbólico y juvenil, resulta, aunque algo poético, al menos esperanzador: “Nosotros no aspiramos a cambiar el mundo. Aspiramos a mucho más”.

Yo diría que, si algo he aprendido en mis casi sesenta años de vida, es que para cambiar algo de transcendencia, en la mayoría de las ocasiones hay que comenzar por cambiarse a uno mismo. Quizás este programa aporta algún indicio de cambio sincero de la propia mentalidad política actual.

En todo caso, esta candidatura ofrece las luces y las sombras más esperanzadoras de cuantas compiten el día 24 de mayo. Y creo que será positiva y decisiva para el futuro inmediato de esta ciudad.

José Luis Esparcia

José Luis Esparcia

Escritor

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1 Comment

  1. Raúl Delgado
    21 mayo, 2015 at 13:03

    Buenos días:
    Quiero escribirle desde mi modesta e intermitente participación en Ganemos Pinto, quizás lo que más me gusta de ellos es su eslogan “Hagamoslo juntos” y así me he sentido cuando me he podido acercar a las comisiones o asambleas, nadie te pregunta de donde vienes ni a donde vas, nadie te dice que lo que dices ” no va con el partido”, si tu idea es buena y convences a suficiente gente pues para adelante y si no pues a seguir trabajando, pero eso es la otra cosa que me ha quedado clara y es que si no lo haces tú otros lo harán por ti, y puede que no te guste el resultado.
    Por eso nuestro programa no es bueno ni malo, es el mejor que hemos podido hacer con los mimbres que teníamos, pero seguro que con más aportaciones vengan de donde vengan sera mejor y todas serán buenas, la suya incluida.