Opinión

Mañana

La política no es fácil. Aquellos que desde ella intentamos cambiar la situación en la que se encuentra este pueblo debemos ser conscientes de ello. Cuando llegué a UPyD tenía tan solo 16 años y UPyD no había entrado aún al Ayuntamiento de Pinto. Si me llegan a decir todo lo que me iba a pasar no me lo hubiera creído. He tenido muchas oportunidades para mejorar este pueblo: he participado en Agenda 21, colaborado en la creación del Programa de Igualdad, propuesto mociones que mi partido ha llevado al pleno y que han sido aprobadas por unanimidad. He podido aprender, al fin y al cabo, cómo funciona nuestro ayuntamiento, qué competencias tiene, cómo dialogar para poder conseguir unos acuerdos… He tenido buenos profesores, que han permitido que los tomara como modelos: Rafa Sánchez me ha enseñado que las propuestas sin una ideología que las soporte pueden volverme incoherente. Juanjo Martín que para hacer política es necesario tener una estrategia, pues pueden desarmarme si flaqueo a la mínima. Fran Pérez me ha enseñado que es importante no olvidar que en política se trata con personas que tienen sentimientos y a las que hay que respetar. Y sobre todo, José Luis Contreras, me ha enseñado a que en la política, como en la vida, no espere ganar respeto sin honradez.

Claro que no todo ha sido un camino lleno de ventajas. Ha habido muchos contras: peleas, críticas duras, momentos tensos, propuestas rechazadas con el trabajo tirado que ello conlleva… Pero lo peor de todo ha sido el no haber podido dedicar el tiempo merecido a mi familia, a mis amigos, a mi pareja… Incluso a mí. Y esto es el sabor que parece que puede quedar tras la derrota que los magentas sufrimos las pasadas elecciones. Ha sido mucho tiempo robado a gente importante para que parezca que todo haya sido en vano. Es realmente una pena, pero el sabor a injusticia dejó de estar en mi boca desde el lunes. Es en estos momentos cuando recuerdo las palabras de un poeta, de Kavafis, en un poema precioso que recomiendo y que ha sido una filosofía en mi vida. En ese poema hablaba de las Ítacas y comentaba que si, tras un lago viaje, encontrábamos que Ítaca no es lo que deseábamos, no nos deprimiéramos. Ítaca, en mi caso, la política, ya me ha dado todo lo que yo amaba. Me ha traído una lucha por unas ideas para Pinto que justifican que me haya metido en política. La política me ha regalado unos compañeros de viaje magníficos a los que agradezco los buenos momentos que me han dado y los hombros en los que han permitido que me apoye cuando las cosas se hacían cuesta arriba (agradecimiento especial a Paco Mojarro, Jose, Toño y Fran, los primeros en apostar por mí hace ya casi cinco años). La política me ha regalado, esto es lo más especial, el rodearme de personas a las que no conocía, y por las que ha merecido la pena luchar. Cada sonrisa, cada atisbo de esperanza en los ojos de cada ciudadano que ha visto que la situación puede cambiar los he hecho míos.

¡Claro que el camino es duro! ¡Claro que a veces hay injusticias! Pero, sin duda, merece la pena. Levantarse tras la caída no es una opción, es un deber y, si bien Pinto no es el mismo que era cuando me metí en política, tampoco es el Pinto que merecemos los vecinos. Eso solo puede significar una cosa: hay que seguir trabajando por Pinto, la lucha debe ser incansable. Si pudiera dar un abrazo a cada pinteño de los 1034 que nos han votado lo haría (de hecho, pedídmelo si me veis por la calle), pues cada voto ha sido un bastón que he utilizado para seguir este camino. Hoy, toca descansar, pues el trayecto que nos espera estos cuatro años lo requiere, pero mañana, mañana seguiremos trabajando por los 1034 que nos han votado y por los que no lo han hecho. Y merecerá la pena, claro que merecerá la pena…

Javier Bedmar

Javier Bedmar

Nací en el 94. Progresista, europeísta y católico. Ingeniero de materiales.
No dejemos nada por imposible y no dejemos de sonreír.

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1 Comment

  1. Alejandro
    30 mayo, 2015 at 10:22

    Gente como tú es la que se ha quedado sin la oportunidad de poder mejorar Pinto desde el Ayuntamiento. Gente comprometida que solo quiere trabajar. Políticos bien distintos a los que lamentablemente estamos acostumbrados a ver en este país en el que vivimos.

    Pero me alegra que no tires la toalla, y que continúes con este duro proyecto que solo reconocen unos pocos, unos pocos que bien merecen que sigamos adelante.