Opinión

Si te violan, grita, intenta defenderte y arriésgate a morir

La sentencia de ayer a La Manada nos ha sorprendido, indignado, cabreado y dejado un mensaje claro a las mujeres, “Si te violan, grita, intenta defenderte y arriésgate a morir” o no te creerán los jueces

Todos esperábamos más de la justicia. Mucho más. Las mujeres esperábamos una sentencia ejemplar que defendiera nuestra integridad, nuestra libertad, nuestros derechos y que acabara con esa “moda” de las violaciones en grupo que estamos cansadas de oír a diario en las noticias (algunas de ellas, aunque parezca increíble, de los mismos protagonistas, La Manada). En cambio, lo que hemos recibido de la justicia española, es que 3 magistrados pisoteen nuestros derechos y nos pongan en peligro. Han provocado que agredirnos salga muy barato, demasiado.

Una vez más, los jueces decidieron dar un paso atrás. Nos dejan indefensas, desprotegidas. Nos dejan en manos de personas sin escrúpulos que creen que las mujeres somos meros objetos que estamos en el mundo para saciar sus más bajos instintos, queramos o no participar, porque eso parece que eso es lo de menos…

“No hablé, no grité, no hice nada”, contestó la denunciante apuntando que el hecho de que “cerrara los ojos y no hiciera nada, lo pueden interpretar como que estoy sometida o como que no”.

No es violación porque no gritó, interesante conclusión.

El voto particular del magistrado González González respecto de la sentencia, me causa no sólo incredulidad, me causa asco. Los argumentos del juez para pedir la absolución de los ahora condenados miembros de “La Manada”,

 “Por lo que se refiere a la mujer, tampoco percibo signo alguno de pudor”. Y va más allá: “En las imágenes no percibo en su expresión, ni en sus movimientos, atisbo alguno de oposición, rechazo, disgusto, asco, repugnancia, negativa, incomodidad, sufrimiento, dolor, miedo, descontento, desconcierto o  cualquier otro sentimiento similar”.  

No sé qué más vejaciones debía haber sufrido esa chica para que este magistrado dejara de ver orgía y entendiera que aquello era una violación de 5 hombres que, encontrándose en una clara situación de superioridad, obligaban a una mujer a mantener todo tipo de relaciones sexuales. Por el contrario, entiende que la joven expresa placer.

“Tampoco aprecio en ella esa ‘ausencia y embotamiento de sus facultades superiores’ que se afirma por la mayoría de la Sala; por el contrario, lo que me sugieren sus gestos, expresiones y los sonidos que emite son de excitación sexual”.

Mientras la policía nos aconseja en un atraco no resistirnos para no poner en riesgo nuestra vida, los jueces nos obligan a las mujeres ponernos en peligro. Si no te empujan, golpean, amenazan, se lían a golpes, te rompen los dientes o te matan, entonces es sólo abuso. Me gustaría saber qué opinan los Cuerpos de Seguridad sobre esta interpretación del juez.

 ¡Si te violan, debes arriesgarte a morir o los jueces no te creerán! Me queda claro.

La sentencia de abuso o agresión dependerá, desgraciadamente, de lo que grites y de lo que te peguen, no de lo que decidan hacer contigo por aberrante que sea.

¿No fue intimidada y agredida? Según los hechos probados en la sentencia, los procesados “tiraron de ella” para meterla en un portal donde la penetraron hasta seis veces “sin su aquiescencia”. Pero el tribunal no entiende que haya violencia ni intimidación, por lo que lo dejan en abuso.

“Al encontrarse en esta situación, en un lugar recóndito y angosto descrito, con una única salida, rodeada por cinco varones, de edades muy superiores, de fuerte complexión… la denunciante se sintió impresionada y sin capacidad de reacción…”  

“Los procesados, conocieron y  aprovecharon la situación de la denunciante en el cubículo, para realizar con ella diversos actos de naturaleza sexual, con ánimo libidinoso, actuando de común acuerdo”

A pesar de expresarse en estos términos en los hechos probados en la sentencia, los jueces consideran que no se ha podido probar la agresión sexual. Claro, insisto, es que no la rompieron la cara a golpes. Un par de puñetazos hubieran, por lo visto, cambiado la sentencia.

¿De verdad no es suficiente con que cinco hombres mayores y más fuertes que una mujer te violen repetidamente y te obliguen a realizar todo tipo de prácticas sexuales? ¿Te graben, te humillen, te vigilen con un detective, te roben mucho más que un teléfono, te roben la libertad? Lo olvidaba, las mujeres somos objetos que estamos en el mundo para saciar los más bajos instintos de los hombres (según entiendo en la sentencia).

 

Y llegados a este punto, NO ES NO. No soy un objeto, soy una mujer con derechos.  No necesito que además me rompan el cuerpo a golpes para poder demostrar una agresión. Quiero salir a la calle sola, de fiesta o con mis amigas sin tener miedo a que una panda de depravados se sientan con derecho a agredirme. No me conformo con una sentencia que hace culpable a la víctima. No me conformo con la opinión de unos jueces que me dicen que si quiero sentencia justa debo poner, además, mi vida en peligro. ¡No, no me conformo! ¡#yositecreo! ¡Que  pase ya! ¡Que  pase ya! 

Susana Guindo

Susana Guindo

Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.
Directora de la Escuela Superior de Protocolo, eventos y comunicación ESSPEC
Máster en Protocolo y Organización de eventos por la Universidad Complutense de Madrid.
Máster en Comunicación Corporativa y Estrategia Empresarial por la Universidad Isabel I.
Relaciones públicas y Protocolo por la Escuela Europea de Asturias.
Directora y Responsable de Eventos de La Voz de Pinto.

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