¿Orgullo?

“Orgulloso de ser español”. Esa es la frase que se repite cada 3 minutos en las redes sociales en las fechas cercanas al 12 de octubre y que tanta discrepancia genera entre los que comparten este pensamiento y los que no.

De lo que realmente me siento orgulloso es, por ejemplo, de mis padres, que de un modo noble, me han hecho ser la persona que soy. Orgulloso me siento de quien lucha por lo que cree y quiere sin faltar al respeto a nadie. Orgulloso estoy de tener amigos que me quieren. Porque luchar por conseguir algo y lograrlo es lo que te hace realmente defenderlo con orgullo.

Por este motivo, estaré orgulloso de ser español cuando tenga motivos para ello. Me sentiré orgulloso cuando los preferentistas reciban su dinero, cuando no se desahucie a gente o cuando los que nos gobiernen no se encierren en un continuo “y tú más”. No me siento orgulloso de vivir en un país injusto en el que gobierna el dinero y no el civismo y la justicia.

A los que piensan como yo se nos acusa de radicales y “quema banderas”, pero se equivocan. No somos radicales, si no realistas. Y no quemamos banderas, si no injusticias. Posiblemente queramos más a España que los que acuden al desfile y muestran su orgullo en redes sociales, porque nosotros, en lugar de ello, estudiamos y luchamos para que, en un futuro, podamos ayudar a progresar a este país.

No voy a salir a quemar fotos del rey, porque aunque no me parezca bien que esté donde está por herencia, es el Jefe del Estado. No voy a quemar banderas porque respeto todo menos el odio. No voy a negar que soy español, pero tampoco voy a sentirme orgulloso de ello sin motivo. Esto no es una crítica a los que dicen sentirse orgullosos de ser españoles, si no una explicación de porque no comparto esa opinión, que es tan respetable como la mía.