Opinión

Populismo y despotismo, y el camino de en medio…

Entre Scila y Caribdis, las piedras movientes que venciera Ulises

(Odisea, Canto XII)

Por Ángel Martínez Samperio

El verano boquea sin agua por las tierras del Cid: Ni Valencia ni Castilla La Mancha entregan sus llaves del Tajo. España parece seguir siendo un territorio hostil al entendimiento. Yo dejo atrás mis trabajos sin ánimo de lucro, como dice mi familia, y me dispongo a la reentrada en las páginas hospitalarias de La Voz de Pinto. Me salen balbuceos, reflexiones calenturientas.

Viene a mi mente la canción de Sabina: “el verano acabó/ el otoño duró/ lo que tarda en llegar el invierno”. Pues sí señores, el invierno parece un torito que se ha saltado las vallas del otoño. Se pasó cuatro años afilando sus pitones y corneando al respetable, y ya está aquí, arremetiendo al personal, y nosotros con el “caloret faller” todavía a cuestas. El general invierno, más que gaviota sobre el arroyo del Culebro, parece un miura que arremete, como aquel que nos cuenta Cossío, contra el tren en marcha de una sociedad que, a pesar de sus embestidas, se ha puesto otra vez sobre sus raíles.

Escucho su acometida en nuevas bocas con mensajes muy viejos. La culpa de todo la tiene Zapatero, y aquellos que quieren sacar los muertos de las cunetas de la guerra del abuelo, y estos del PSOE que han pactado con los populistas para quitar el poder al…, ¡ah!, y esos malandrines de los ERES y de los Cursos de Formación de Andalucía, que son todos los que ofrecen la rosa en la mano, y no se escapa ni uno. ¿Gurtel? ¿Qué Gurtel? ¿Púnica? ¿Qué Púnica? ¡Cómo brama el bicho cuando embiste, repartiendo cornadas y piensos! Recuerdos infantiles… El torito ya está aquí/ ha llegado esta mañana/ a la hora de dormir.

Pues sí, mientras los españolitos dormitaban su agosto, o corrían los encierros, o se tapaban los oídos con lo que podían para resistir el estruendo del turismo de botellón, la industria sin industria nacional, el miura embiste: lleva la ley mordaza en un pitón, y en el otro la ley de presupuestos, esa que también ya ha comenzado a empitonar a la cultura con aquello del IVA. Afortunadamente, este bicho es algo bizco, porque si por su pitón izquierdo señala que dará tarjetas sanitarias especiales a los sin papeles, pongamos que hablo de Madrid, pero no edificará el centro de salud de La Tenería que iba a ser inaugurado en 2007 con el socialista Juan Tendero como alcalde de Pinto, por el pitón derecho dice que de eso res de res, pongamos que hablo de aquel que en Badalona mandaron a los corrales.

De los encuentros de Rato, pasando el rato con los Ministros de Interior y de Hacienda, silencio en la dehesa. De las vacaciones de la Alcaldesa Carmena, pagadas de su bolsillo junto a una multitud, esto parece los altavoces que ha colocado Corea del Sur en la frontera con la del Norte, en respuesta a las minas anti personas que los del norte han sembrado, por las que los del sur les piden educadamente que se disculpen. Pero qué educados que son estos coreanos. Allí dicen: me has herido y a lo peor matado algún soldado, discúlpate, Aquí, recuerdo aquel de la Guerra de Margallo, la de África, no se me encocoren, que con su faca iba por Melilla cortando orejas moras para ponérselas de collar en el pecho. ¡Qué manía!, los que no quieren escuchar las voces de la ciudadanía, no permiten que nadie escuche más allá de sus altavoces, mientras coleccionan orejas sin oídos.  Sin embargo, permítanme un matiz: Aquí, no se da el caso de las dos Coreas: las minas políticas anti personas las ha depositado la gaviota en vuelo rasante dentro de su manada de miuras resabiados, y todo el coto se arrodilla por si acaso se reproduce aquello de “al suelo que vienen los nuestros”. Eso sí, los altavoces vomitan subidos de tono: ¡Populistas! ¡Populistas!…

Hombre, sabemos que populista es todo aquel político que recoge en su discurso el malestar del pueblo, y le cuenta al pueblo aquello que el pueblo ya sabe, pero lo hace sin tener ni puñetera idea de cómo resolverlo, y con una organización interna desmadrada. Ponen, sí, con toda puntería, el dedo en la llaga, pero no se les oye el tratamiento sensato que mejore la situación.

En la otra vera del camino están los que actúan como si toda la calle fuera suya. Como aquel “pájaro pampero”, en un lado “ponen los gritos y en otros los huevos” metidos en sobres. Vocean, incluso pidiendo mociones de censura y ofreciendo poltronas a quienes entren al trapo, mientras callan asuntos como la ya mencionada desestimación del centro de salud de La Tenería por la CAM, ya en 2013. Eso me cuentan los tambores para mí lejanos. Callan y gritan, quizás para que con su estridencia no se escuche el  grito ciudadano. Desfilan por las tertulias las caras nuevas, jóvenes, pero con el mismo mensaje, viejo, muy viejo, enfermo de progenia. Se quejan a coro de que les han quitado el sillón. Pero, señoras, señores, tengan la sensatez propia de la que presumen: si por no tener la brigada de la embestida los votos suficientes para gobernar a capricho, ese que trae en sus manos la voz de los ciudadanos ha sabido pactar con aquellos que también hacen suya esa voz, y tienen organización y programa, no parece que los de Fernando Villalón, ¡oh poética de la toriada de quien se arruinó por ella!, tengan razones sensatas para la berrea, sobre todo si cada uno acomete como le peta, ¡oh mayoral de la Barcino-Nova, sustituto de la emperatriz del micrófono en el florero! ¡Oh ínclita motera! ¡Oh mandón del dedo oscilante, que no sabe dónde ponerlo, y anda con él metido en la nariz, quizás para no oler a la propia ganadería!

No sé por qué, pero cada vez que escucho el mantra del populismo, me viene a la memoria lo populares que son, y junto a populismo escucho su contrario: Despotismo.

Ahora que Grecia está en “el candelabro” (no me corrijan, han bajado su candela del candelero, y la han colocado en su candelabro, y arde para lucimiento de otros que humean), viene a cuenta recordar que entre los tiranos y los sofistas, aquellos y estos, dando la verdadera medida, marcando el camino, está la Democracia, el poder del “Demos”, el pueblo organizado frente a tanta gerontocracia política. El camino del progreso en sensatez. Claro que tampoco hay que olvidar que a Europa la raptó un toro, y no era alemán, al menos eso creo, aunque le cortaban los testículos en Creta estos brutos de Mitra, y ahí sigue, sin atributos pero con tributos, y embiste, y todo para él es dehesa. ¡Suerte, maestro!.      

Ángel Martínez Samperio

Ángel Martínez Samperio

Técnico Superior en Relaciones Públicas; Licenciado en Ciencias de la Información, rama publicidad y relaciones públicas; diplomado en Marketing Management; diplomado Product Manager; diplomado en imagen corporativa; acreditado como experto colaborador del antiguo S.E.A.F P.P.O, luego INEM, y Licenciado en Teología.

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